Diseño basado en evidencias

El término Evidence-Based Design (o diseño basado en evidencias) apareció impreso por primera vez en el 2000, aunque sus orígenes se remontan a tres factores clave que sucedieron años atrás: i) el movimiento de la medicina basada en evidencias; ii) el movimiento de los cuidados centrados en los/las pacientes; iii) la publicación de un estudio científico que relacionaba una estrategia de diseño (las ventanas de la habitación de hospitalización) con el proceso de recuperación de los pacientes. Este vínculo empírico entre el diseño y los resultados médicos puso en evidencia no solo el potencial que tiene el diseño arquitectónico en la recuperación de pacientes, sino la repercusión económica que supone para las instituciones sanitarias.

El objetivo del proceso de diseño basado en evidencias es relacionar variables de diseño con variables clínicas como los errores médicos, la estancia de hospitalización o el uso de analgésicos, entre otros. Su principal característica reside en incorporar la investigación en todas las fases de un nuevo diseño.

El proceso de diseño basado en evidencias cuenta con ocho pasos: en el primero de ellos hay que definir cuál es el objetivos que se pretende, en el segundo buscar fuentes de información relevantes, en el tercero interpretar críticamente estas fuentes, en el cuarto innovar en conceptos de diseño, en el quinto desarrollar una hipótesis, en el sexto tomar datos de partida del hospital existente, en el séptimo supervisar la fase de construcción para que se incluyan los factores de diseño establecidos y por último, en el octavo medir los nuevos resultados, compararlos con los datos iniciales para revisar si se confirma nuestra hipótesis y conseguimos el objetivo inicial. Además deberíamos publicar los resultados y conclusiones para que otras personas se puedan beneficiar de este estudio.

Fuente: Cambra-Rufino L, Paniagua-Caparrós JL, Bedoya-Frutos C. La acreditación y certificación del diseño basado en evidencias para la arquitectura sanitaria llega a España. Rev Esp Salud Pública. 2019;93: 4 de octubre e201910091.